LA DIRECCIÓN DE UNA IGLESIA LOCAL
- hermanochencho777
- 21 ago 2018
- 35 Min. de lectura
LA DIRECCIÓN DE UNA IGLESIA LOCAL SEGÚN LOS APÓSTOLES
Escrito por: Inocencio Rodríguez. 1994.
Ministerio Profético y Apostólico: Alumbrando los ojos de vuestros entendimientos, con la luz de las Escrituras, para que conozcan la verdadera verdad sobre: la dirección de una Iglesia local, según las enseñanzas de los apóstoles.
Y conocerán la verdad y la Verdad os hará libres de: mandamientos de hombres, de doctrinas de demonios, de falsas profecías, de los falsos profetas y de las alteraciones, anulaciones y añadiduras de muchos versículos de la Biblia que, ha hecho la iglesia católica, las sociedades bíblicas, que imprimen y distribuyen la Biblia Reina Valera, los concilios evangélicos y sus iglesias, para justificar sus falsas doctrinas.
Nota aclaratoria: La Biblia fue escrita en el idioma hebreo y por hebreos. Todos los que escribieron la Biblia fueron hebreos. La palabra hebrea para describir: la reunión de los hijos de Dios es: Asamblea. En griego, la palabra reunión o una reunión, es: exkklesia. En español es, iglesia. Las Escrituras son verdades reveladas por Dios a través de Sus profetas. Ellas son pura y correctas. Pero, lamentablemente, la Biblia que conocemos y hemos sido enseñados, fue traducida del griego al latín y del latín al español por sacerdotes católicos en el siglo cuarto. Luego, en el siglo 15, Ella fue traducida por dos exsacerdotes católicos convertidos al evangelio (Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera), ellos no eran hebreos sino españoles. Esto significa: que no pudieron hacer una correcta traducción. Por eso, las sociedades Bíblicas que distribuyen la Biblia Reina-Valera tienen que hacerle una revisión o corrección cada cuatro o más años. Ellos decidieron traducir la Biblia del idioma latín y griego al español y no del idioma original, el hebreo. Por eso, la traducción de la Biblia del latín y el griego, casi nos armoniza con el idioma hebreo. La iglesia católica y las Sociedades Bíblicas, han tergiversado, quitado, añadido, anulado y malentendido la palabra de Dios. Ellos CAMBIARON la palabra hebrea, Asamblea, reunión de los hijos de Dios en un lugar, (1Cor. 14:23) por la palabra griega, exklesia, en español es, iglesia. Así comenzaron a llamarle al templo, iglesia. De la misma manera CAMBIARON el Nombre de Yahshua, que significa en hebreo: Dios salva o Dios es el Salvador, por el de Jesús salva. CAMBIARON también, el nombre de El Mashiaj, que significa en hebreo: El Ungido de Dios, por el de Khristo en griego, en español es Cristo, que significa: unción o un ungido. De ahí comenzaron a llamar a los seguidores de Cristo cristianos. Y de esta manera, comenzaron a enseñar, que los seguidores de Jesús se llamaran cristianos. La Biblia fue escrita en hebreo, sin puntos, ni comas, ni capítulos, ni versículos. Quienes hicieron todas estas cosas fueron los traductores. La iglesia católica y las Sociedades Bíblica. Ellas trabajan unidas. La iglesia católica es su cabeza. Justo, es decir: que las Sociedades Bíblicas, ya comenzaron a corregir varios de sus propios errores. Pues, si usted lee la Biblia Reina Valera del 1960, en (1Juan 5:7-8) Nos dice: Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan. Ahora, observe, la corrección que le hicieron: Biblia Reina Valera actualizada 2015. 7 Porque tres son los que dan testimonio: 8 el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan en uno. Ahora observe, la traducción del hebreo al español, hecha por hebreos: Hay tres testigos; El Ruaj (el Espíritu) el agua y la sangre y estos tres concuerdan. Una corrección que todavía no han hecho. Biblia Reina Valera 1960, Mateo 28:19. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo… Biblia Kadosh Israelita: Mateo 28:19. Por lo tanto, vayan a hacer talmidin (discípulos) a gente de todas las naciones, dándoles la inmersión en Mi Nombre. Como hemos podido observar: los traductores y los propagadores de la Biblia Reina Valera, no hicieron su traducción del hebreo al español, sino del griego y del latín al español. Esa es la razón y la causa que, las Sociedades Bíblicas, tienen que hacerle a su propia traducción, una revisión cada 4 más años.
Hemos dicho: que la Biblia, traducida al español del idioma original, el hebreo, tenemos que leerla, para conocer las añadiduras, la anulaciones y tergiversaciones, que, ha hecho la iglesia católica y las Sociedades Bíblicas. Las correctas Escrituras es y debe ser nuestra única regla de fe y practica en asuntos espirituales, morales y prácticos. Y que, para edificar aquella Asamblea Apostólica Primitiva, que edificaron los Apóstoles del SEÑOR Jesucristo, TENEMOS, que enseñar y practicar la única enseñanza que ellos nos dejaron escrita en todo el Nuevo Testamento, sin quitarle ni añadirle. Toda edificación, se hace conforme al plano que creó su diseñador. Por lo tanto, si deseamos edificar la Iglesia en una ciudad o en un municipio, tal y como lo hicieron Sus Apóstoles y Sus Profetas, tenemos que hacerla con el único Plano que Sus Apóstoles nos dejaron escrito. ¿Cuál es éste único Plano? En Efesios 2.20, encontramos éste único Plano. Aquí nos dice: Edificado sobre el Fundamento (enseñanza) de los Apóstoles y los Profetas, siendo la principal Piedra de Ángulo Jesucristo Mismo. Así que, ya sabemos, que, para edificar la Iglesia en una ciudad o un municipio, tenemos que hacerlo con el único Fundamento o enseñanza que ellos nos dejaron escrita. Este único fundamento, no sólo nos traza las pautas para edificar la Iglesia, sino también nos enseña como era dirigida cada Iglesia local establecida por los Apóstoles del SEÑOR Jesucristo. Según la Enseñanza de los Apóstoles, ¿Cómo era dirigida una Asamblea, que ellos edificaron en cada ciudad o en cada localidad? Ella, ¿Era dirigida, por un pastor, o una pastora, o por dos o tres personas, los cuales eran llamados ancianos? He aquí el Plano Apostólico para recobrar y restaurar la dirección de aquella Iglesia apostólica Primitiva que fundaron los Apóstoles del SEÑOR Jesucristo: Cada Asamblea establecida por los apóstoles, era dirigida por los ancianos. En mateo 18:17, leemos la siguiente frase: que se lo diga a la Asamblea. Esto es igual: dilo a los ancianos que dirigen la Asamblea. Los ancianos son los que tienen la responsabilidad delante de Dios de administrar los asuntos espirituales y prácticos de cada Asamblea o de cada Iglesia. Una Asamblea establecida según la Enseñanza de los Apóstoles, está compuesta por: ancianos, diáconos y diaconizas. Entre los ancianos hay: apóstoles o evangelistas, profetas y maestros. En Filipenses 1: 1 leemos: Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo que están en Filipo, con los ancianos y diáconos. Aquí el Apóstol Pablo menciona primero a los santos, los cuales son: todos los cristianos que se reunían como la Iglesia en Filipo. Luego, menciona a los ancianos y los diáconos, los cuales son los que estaban dirigiendo la Asamblea en Filipo. Por lo tanto, la Asamblea en Filipo, era dirigida por: ancianos y diáconos. Los ancianos y los diáconos son los responsables de llevar sobre sus hombros, la dirección y administración, de los asuntos espirituales y prácticos de una Iglesia local. Esa es su función para la cual han sido designados. Cuando se mencionan los diáconos están incluidas las diaconizas. Cada Iglesia establecida por los Apóstoles en una ciudad, era dirigida por ancianos, diáconos y nunca por un solo hombre. El establecer en una iglesia a un hombre como pastor o a una mujer como pastora, es el patrón antibíblico, que los Concilios evangélicos y la mayoría de las iglesias evangélicas independientes han establecidos. Ellos han desechado el Patrón apostólico que los Apóstoles establecieron. Es por eso, que, la mayoría de sus enseñanzas no armonizan con la enseñanza que los Apóstoles de Jesucristo enseñaron y practicaron. Los concilios evangélicos y las iglesias independientes han establecido: muchas denominaciones en un mismo sector y en una misma ciudad. A todas estas denominaciones ellos le llaman, iglesias. ¡Qué confusión y ceguera espiritual! Esto es antibíblico. Pues, según las enseñanzas de los Apóstoles, sólo debe haber: una Iglesia en una ciudad. Además, la Iglesia es una y uno es su nombre, el nombre de la ciudad o de la localidad. Sin embargo, los concilios evangélicos, han establecido, varias iglesias en un mismo sector, cada una identificándose con un nombre diferente. Pero, los que hemos visto: la visión de la Iglesia, el terreno de la Iglesia y el verdadero nombre de la Iglesia, según el plano apostólico, la Iglesia se identifica: con el nombre de la ciudad, donde viven los miembros de la Iglesia. La Iglesia la componen todas las personas que han recibido a Jesús como su Salvador y se han bautizados, los cuales viven en esa ciudad o en esa localidad. Dios nos ha dejado Su Patrón divino, para que, Su Iglesia en cada ciudad sea dirigida. En Hechos 15:2, 6 y 22, Vemos, que la Iglesia en Jerusalén estaba dirigida por: Apóstoles y ancianos. El verso 2, menciona a la Iglesia, los Apóstoles y los ancianos. Luego, el verso 6, menciona a los Apóstoles y los ancianos, resolviendo los asuntos espirituales y materiales de una Iglesia. El verso 22, menciona la conclusión a que llegaron: los Apóstoles, los ancianos y la Asamblea en Jerusalén sobre el asunto que trataron. En hechos 13: 1, vemos, que la Iglesia en Antioquia era dirigida por cinco personas, a quienes le llamaban: profetas y maestros. En Hechos 14: 23, vemos, que los Apóstoles Bernabé y Saulo establecieron ancianos en cada Iglesia. En Hechos 21:17, vemos, que el Apóstol Pablo mandó a llamar a los ancianos que dirigían la Asamblea en Éfeso. En Tito 1:5, vemos, que el Apóstol Pablo delegó su autoridad en Tito y le ordeno que, estableciera ancianos en cada Iglesia. En todos estos versículos, hemos visto, que cada Iglesia era dirigida por varias personas, a quienes les llamaban, ancianos. Estos es lo que la Biblia nos enseña, con respecto a la dirección de una Iglesia en una localidad. Nunca tuvo en la mente de los Apóstoles del SEÑOR Jesucristo, poner a una sola persona en la dirección de una Iglesia El significado de la palabra obispo y su función en una Iglesia local establecida en una ciudad. Obispo, ¿Es un título de autoridad que se le asigna a una persona, o es una de las funciones que ejerce un anciano en una Iglesia local? Veamos, lo que la Biblia nos enseña al respecto. En Hechos 20: 17 vemos, que el Apóstol Pablo mandó a llamar a los ancianos que dirigían la Iglesia en Éfeso. Luego, en el verso 28 le dice: Por tanto, mirad por ustedes y por todo el rebaño (La Asamblea en Éfeso) en que, el Espíritu de Dios os ha puesto por obispos... Así que, por un lado, el Apóstol Pablo los llamó ancianos y por otro lado los llamó obispos. Esto significa, que los ancianos mencionados en el verso 17, son los mismos llamados obispos mencionados en el verso 28. ¿Qué significa la palabra, obispo? Obispo, significa: Sobreveedor, o el que sobrevee las necesidades espirituales y materiales de antes mano en una Iglesia. O sea, la sobre visión es un don que Dios le da a uno de los ancianos que, dirigen una Asamblea, para que, vea por adelantado las necesidades materiales y espirituales de la Iglesia. Cuando un anciano tiene el don de la sobre visión, ejerce su función junto con los demás ancianos. Por eso, los demás deben escuchar los consejos de este sobreveedor. Sin embargo, en una denominación, el concilio, nombra a una persona, para que, supervise a sus pastores y a sus pastoras. Pero, entre ustedes no será así. Dijo Jesús. ¿En qué consiste el don de la sobre visión? Consiste en que el anciano que tiene este don, ve necesidades materiales y espirituales en la Iglesia, que los demás ancianos no la ven. Por ejemplo: el anciano que tiene este don ve las necesidades de los hermanos, cuando ellos se reúnen como Iglesia o cuando va a visitarlo en sus casas. El ve y toma en cuenta los pequeños detalles que otros no ven. Por lo tanto, ser un obispo en una Iglesia local, no es un título que se le da a un anciano, para que supervise y ejerza autoridad por encima de los demás ancianos, sino un don que Dios le da a un anciano, para que, vea por adelantado las necesidades materiales y espirituales de la obra y de los hermanos. Además, se mantiene vigilando y alertando a la Asamblea o a la Iglesia, sobre las asechanzas del Enemigo de Dios, sobre los falsos ministros sobre sus falsas enseñanzas anti bíblicas y sobre los evangelistas y pastores, que, enseñan doctrinas de los demonios. Todo lo que, enseñaron y practicaron los apóstoles y los profetas de Jesucristo, tiene que enseñarlo y practicarlo una Iglesia local. Nunca debe ocurrir, que, un anciano en una Iglesia local, haga una doctrina de: una suposición, yo creo, yo me imagino. No, nada eso. El apóstol Pablo nos dice: Hermanos, todo esto lo he aplicado a Apolos y a mí mismo para beneficio de ustedes, con el fin de que aprendan de nosotros aquello de «no ir más allá de lo que está escrito» (1Cor. 4:6) En Hechos 16: 29-33) Tenemos un caso como ejemplo: 29 Él entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; 30 y sacándolos, les dijo: Señores, ¿Qué debo hacer para ser salvo? 31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. 32 Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. 33 Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos. Se bautizó él con los suyos. ¿Dónde dice aquí, qué, había niños? Y si no dice que, había niños, ¿Por qué tenemos que suponer que, lo había para establecer en la Iglesia una doctrina de una suposición? Ninguna Iglesia local, debe obligar a otra Iglesia a practicar una práctica apostólica o anti apostólica. Ya que, los ancianos sólo tienen autoridad en la Iglesia de su localidad. Si los ancianos que, dirigen una Iglesia local, deciden enseñar o practicar una enseñanza o una práctica apostólica o anti apostólica, todos tienen que respetar esa decisión y ellos le darán cuanta al Señor Jesús en Su tribunal. (2Cor. 5:10) Muchas veces, se ha dado el caso, de que, una Iglesia local está dividida, aunque se reúnen juntos en el mismo local. Pues, resulta que, el fundador o uno que él ha puesto como pastor, no ha visto que, la Iglesia es local. Y que, ella es dirigida por ancianos y diaconos. ¿Quién puede ser un anciano en una Iglesia local? Un anciano, no significa: una persona llena de vejez por los años. Aunque, la vejez adquiere experiencias que hay que respetar. Cuando los Apóstoles mencionan la palabra anciano, en cuanto a la dirección de una Iglesia, se refieren a la persona, que han alcanzado madurez en la vida práctica y espiritual en los asuntos de la Iglesia. Un anciano tiene que haber recibido de parte de Dios un don, el cual lo capacidad para dirigir la Iglesia junto con los demás ancianos. Si un hermano no ha recibido de parte de Dios un don, no podrá ejercer su función en la Iglesia. Además, después, de recibir el don, tiene que ser enseñado, entrenado y aprender a coordinar los asuntos de la Iglesia con los demás ancianos. Por eso, su función como anciano en la Iglesia, depende de lo que ha aprendido conforme a la palabra de Dios, con respecto a la dirección de una Asamblea o una Iglesia. Para ejercer la función de anciano en una Iglesia local, hay que pagar un gran precio. Pues, para ejercer el ancianato que es según Dios, hay que aprender primero, para poder enseñar. Y para aprender, hay que desaprender. Los requisitos básicos que Dios les exige y que, tiene aprender un diacono que aspira a ser un anciano en una Iglesia local. Dios les exige varios requisitos a Sus Ministros, que dirigen una Iglesia. Para que un anciano ejerza su función correctamente en una Iglesia local, tiene primero que haber aprendido: (1) Las practicas de los asuntos prácticos y espirituales de la Iglesia. (2) Tiene que exhibir madure espiritual, cuya madure sea conforme a la palabra de Dios. (3) El que tiene el don de enseñar, tiene que ser apto para poder enseñar, guiar y entrenar a los hermanos conforme a la palabra de Dios. Además, conocer muy bien el Viejo testamento y el Nuevo Testamento, (4) un anciano debe estar casado con una sola mujer. (5) Ser sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar, no bebedor de vino, no contencioso, no codicioso de torpe ganancia, buena paga, honesto, amable, apacible, perdonador, no avaro (6) Gobernar bien su casa y tener buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del Diablo. (1ra.Timoteo 3:1-7). Las características principales que tienen que exhibir los ancianos que dirigen una Iglesia local. Las características principales que tienen que exhibir los ancianos son: (1) servirles a los hermanos a través del ejemplo en todo. (2) Deben ser honestos, buena paga, justos, responsables, humildes, mansos, perdonadores, misericordiosos, generosos, temerosos de Dios, obedientes y fieles a la palabra de Dios. (3) y deben admitir sus errores y pedir perdón. (4) Deben sufrir, soportar burlas, críticas y murmuraciones. Un anciano debe saber, que alguien se ofenderá con él por cualquier cosa que haga o hable. También, será malinterpretado, criticado y murmurado. Por eso, debe tener un corazón disponible para sufrir y soportar a los demás en amor. Esto no significa, que un hermano tiene que graduarse de todas estas cosas y después, ser un anciano. No nada de eso. Es durante el proceso de entrenamiento que él va perfeccionándose en todas estas cosas. Cada Asamblea tiene que ser dirigida por profetas, maestros y diáconos. Son llamados apóstoles evangelistas u obreros, dos o tres hermanos, que dirigen una Iglesia local, los cuales hacen el oficio de: profetas y maestros. Cuando son enviados por la Iglesia a predicar el evangelio y a establecer una sola Iglesia en una ciudad son llamados apóstoles. Los ancianos que dirigen una Asamblea tienen que, haber recibido un don de parte de Dios y ser designados, por Sus autoridades delegadas, los obreros que establecieron la Iglesia. En 1 Corintios 12: 28 leemos: Y a unos puso en la Iglesia, primeramente, Apóstoles o evangelistas, segundo Profetas, tercero Maestros o pastores...De acuerdo a este versículo, vemos, que es el mismo Dios que elige a los hermanos que, van a dirigir la Obra del Señor y una Iglesia. Luego, de su elección, le da un don para que coordine y trabaje junto con los demás ancianos en la Iglesia. Por lo tanto, la elección de un diacono para designarlo como anciano en una Iglesia local, no depende de él sino del mismo Dios. La designación y función de los apóstoles. ¿Quién designa a los apóstoles y que función hacen en una Iglesia local? Veamos su elección y designación: En Hecho 13: 1- 2 leemos: Había entonces en la Iglesia que estaba en Antioquia, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que le llamaban Níger, (el negro) Lucio de Cirene, Manaén y Saulo. Ministrando estos al SEÑOR y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra que los he llamado. De acuerdo con estos versículos, vemos, que cinco hermanos dirigían la Iglesia en Antioquia. Estos hermanos eran conocidos como: Profetas y Maestros. Luego, vemos, que el Espíritu Santo ELIGIÓ a dos de ellos para hacer la obra de Dios: “el establecimiento de una sola Iglesia en cada ciudad”. Luego, estos dos profetas y maestros se convirtieron en apóstoles, cuando fueron enviados por la Iglesia en Antioquia a hacer la Obra del SEÑOR Jesucristo. Los versos 3 y 4 dice: entonces, habiendo ayunado y orado, le impusieron las manos y los enviaron. Ellos, entonces, ENVIADO por el Espíritu Santo....anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. La palabra Apóstol significa: enviado. O sea, Apóstoles son los hermanos ancianos, que son elegidos por el mismo Dios, para predicar Su Evangelio y para que establezcan una sola Iglesia en cada ciudad y constituir en ella primero diáconos y después ancianos. Los profetas y los maestros elegidos para predicar el Evangelio y establecer una sola Iglesia en cada ciudad, son llamados: APÓSTOLES. En Hechos 14: 4 y 14 leemos: La gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judíos, y otros con los Apóstoles. Cuando lo oyeron los Apóstoles Bernabé y Pablo. Bernabé y Pablo, eran profeta y maestro en la Iglesia en Antioquia, pero al ser elegidos y enviados a establecer una Iglesia en cada ciudad, se convirtieron en apóstoles. Es a la función que realizan que, a ellos se le llama: “apóstol”. La función de los apóstoles: ¿Cuál es la función de los Apóstoles en la Obra del SEÑOR Jesucristo y en una Iglesia local? En la Obra del SEÑOR Jesucristo su función es: (1) Predicar el Evangelio en una ciudad, en un campo o una aldea. Luego, cuando han establecido una Iglesia y establecido dos o tres diáconos, pasan a otra ciudad a hacer lo mismo. (2) Establecer ancianos en cada Iglesia. (3) Enseñar, entrenar y capacitar a los ancianos que dirigen una Iglesia local. (4) Predicar y enseñar en todas las Iglesias que ellos han establecidos. (5) Disciplinar y substituir ancianos. (6) Mantener coordinación y comunión con los ancianos que ellos han designados para que dirijan la Iglesia. En Hechos 14:21-23, vemos, que los profetas y maestros, llamados APÓSTOLES, Bernabé y Saulo, después de anunciar el Evangelio y hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, Iconio y Antioquia, confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándole que permanecieran en la Fe...Y constituyeron ancianos en cada Iglesia. ¿Ve usted quienes son los que constituyen primero, los diáconos y después a los ancianos en una Iglesia local? Son los obreros que establecieron la Iglesia. Esta es una de las Tareas de los apóstoles. O sea, de los obreros que, predicaron el Evangelio y establecieron la Iglesia en esas localidades. Listra, Iconio y Antioquia, eran tres localidades, y en cada localidad, los apóstoles establecieron ancianos, para que, dirigieran la Iglesia. Después que, en una Iglesia local, han sido establecidos los ancianos, ellos designan a los diáconos y a las diaconizas. Observemos, que los apóstoles Bernabé y Saulo, regresaron a Listra, Iconio y Antioquia, y establecieron ancianos en cada Iglesia. Aquí, vemos, que ellos primero, predicaron el evangelio en estas tres ciudades y dejaron a dos o tres personas encargadas de la administración de la Iglesia. Y después, regresaron para establecerlos como ancianos. La función de un anciano-profeta que ejerce el don de profecía en una Iglesia local. Los ancianos tienen diferentes funciones. Uno es profeta, otro es maestro y otro evangelista. La función de un anciano que ejerce el don de profecía en una Iglesia local: (1) Estudiar las Profecías bíblicas minuciosamente, que han salido de la boca de los Profetas y siervos de Dios, en el Viejo Testamento y en el Nuevo Testamento. (2) Enseñar cuales Profecías bíblicas se han cumplido, las que se están cumpliendo y las que faltan por cumplirse. (3) Mantenerse vigilando y advirtiéndole a la Asamblea acerca de los falsos profetas y sus falsas profecías. (4) Enseñar y coordinar los asuntos de la Asamblea, junto con los demás ancianos. El profetizar tiene tres significados: O sea, que Dios tiene tres maneras de profetizar a través de una persona. El profetizar tiene tres significados: (1) Profetizar, es hablar de parte de Dios profetizando señales y acontecimiento que se han de cumplir en el futuro. Por ejemplo: En Hechos 11:27-28, vemos, que unos profetas descendieron desde Jerusalén a Antioquia. Y levantándose uno de ellos, llamado: Agabo, daba a entender por el Espíritu Santo, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada. Efectivamente, esta gran hambre ocurrió en el tiempo del emperador romano llamada: Claudio. (2) El profetizar, es hablar de parte de Dios, también se hace por medio de: la edificación, la exhortación y la consolación a través de la palabra de Dios. (1ra. Corintios 14: 1.3) Por ejemplo: cuando vamos a la reunión y por medio de escuchar al predicador, sentimos y entendemos versículos bíblicos que no entendíamos. ¿Qué decimos en ese momento? Decimos: Dios me habló. También, cuando estamos pasando alguna prueba, y a través del predicador escuchamos unas palabras de consolación y como resolver ese problema o soportarlo. ¿Qué decimos? Decimos Dios me habló. (3) También, Dios a través del Espíritu Santo profetiza Rhemas. Un Rhema, es una profecía que el Espíritu Santo te revela o se la revela a un hermano o a una hermana al instante. Es el hablar del Espíritu al instante. Este hablar del Espíritu es para recordarte un versículo o para que le hable a alguien. Un Rhema de Dios, nunca violará la palabra de Dios escrita. Los demonios, también ministran Rhemas. Los Rhemas espirituales ministrados por demonios, siempre contradicen las Escrituras. Muchos falsos profetas y falsos evangelistas, le gusta profetizar falsos Rhemas, los cuales siempre armonizan a su favor. Es bueno que sepamos: que no todos los Rhemas que profetizan son falsos. Sus frases favoritas son: Dios me dijo que te dijera. Yo te profetizo bienestar y prosperidad. Dios me muestra ahora mismo, que tú va a ser bendecida, si hace lo que yo te diga. Vamos, repite conmigo, etc. La función de los ancianos que tiene el don de maestro. La función de los ancianos que ejercen el don de maestro es: enseñar la palabra de Dios pura, tal y como están escritas, sin añadirle ni quitarle, para que los miembros de la Asamblea sean nutridos, con el alimento espiritual. Nadie da lo que no tiene. Por lo tanto, (1) estos ancianos-maestros, tienen que conocer muy bien, el Viejo Testamento y el Nuevo Testamento. (2) Deben trazar muy bien la palabra de Dios. (3) Y, sobre todo: vivir dando ejemplo de lo que enseñan. Los ancianos ejercen sus funciones sólo en la Iglesia de su localidad. Cuando vayan a visitar otra Iglesia local, no son ancianos en ese lugar sino hermanos. En calidad de hermanos, pueden ser invitados solo por los ancianos que dirigen la Iglesia en esa localidad, para que, les compartan sus experiencias a los demás hermanos. De la misma manera, Los apóstoles ejercen su ministerio sólo en la región donde han establecido una Iglesia en cada ciudad. Cuando van a visitar otra Iglesia local, el o ellos no son apóstoles en aquel lugar. Pues, los obreros que son enviados a establecer una Iglesia en una ciudad son llamados apóstoles cuando son enviados. Una Iglesia local no tiene apóstoles o evangelistas sombrados. Una vez que, los apóstoles regresan a la Iglesia que lo envió, ejercen el don de: profeta o maestro. En la obra de Dios, no hay apóstoles universales sino apóstoles regionales. No puede ser llamado apóstol a uno o a dos hermanos que, no ha establecido una Iglesia local en una ciudad o en una localidad. El ser un apóstol, no se obtiene por nombramiento, sino por la elección del mismo Dios. Dios los eligen y la Iglesia local los envía. La edificación de una Iglesia es el sello y el apostolado de uno o dos apóstoles o evangelistas. (1Cor. 9:1-2) ¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No son ustedes mi obra en el Señor? 2 Si para otros no soy apóstol, para ustedes ciertamente lo soy, porque el sello de mi apostolado son ustedes en el Señor. (2Cor. 10:12-16) 12 No nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos manifiestan su falta de juicio al medirse con su propia medida y al compararse consigo mismos. 13 Pero nosotros no nos gloriaremos desmedidamente, sino conforme a la regla que Dios nos ha dado por medida al permitirnos llegar también hasta ustedes,14 porque no nos hemos extralimitado, como si no hubiéramos llegado hasta ustedes, pues fuimos los primeros en llegar hasta ustedes con el evangelio de Cristo. 15 No nos gloriamos desmedidamente en trabajos ajenos, sino que esperamos que conforme crezca vuestra fe seremos muy engrandecidos entre ustedes, conforme a nuestra regla. 16 Así anunciaremos el evangelio en los lugares más allá de vosotros, sin entrar en la obra de otro para gloriarnos en lo que ya estaba preparado A estos ancianos-maestros que, se dedican a enseñar y a predicar, Dios nos manda a tenerlos digno de doble honor (1ra. Timoteo 5:17) Una Asamblea es como un rebaño de ovejas y los ancianos, es decir, los Apóstoles o evangelistas, los profetas y los maestros, son los que la cuidan, la alimentan y la guían. El dirigir y enseñar en una Asamblea o Iglesia, es por medio del ejemplo y no por la fuerza ni ejerciendo el señorío. ¿Qué significa dirigir y enseñar en la Iglesia ni por fuerza ni ejerciendo el señorío? El Apóstol Pedro nos exhorta: Ruego a los ancianos que están entre ustedes, yo anciano también como ellos...dirijan la Iglesia que está entre ustedes, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonestas, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado sino siendo ejemplo de la Asamblea. (1ra. Pedro 5:1-3). ¿Por qué Dios le exige a Sus Ministros que sean mansos, humildes y aptos para enseñar? Ah, porque los hermanos ponen por obra la palabra de Dios, no cuando él la enseña sino cuando ellos las entienden. ¿Entienden todos los hermanos al instante toda la enseñanza que escucha durante una, dos o tres horas? Es por eso, que los ancianos tienen que enseñar con mucha humildad y mucha paciencia. Pues, realmente, el entender la palabra de Dios, no depende de él, sino de Dios que da el crecimiento. El apóstol Pablo nos dice: Yo planté y Apolo regó, pero el crecimiento sólo lo da Dios. (1ra. Corintios 3: 6-7). Tenemos que entender que, los dos o tres hermanos que, dirigen una Iglesia local, no todos tienen que ser maestros y profetas. Pues, si la Iglesia local tiene muchos miembros, hay que aumentar el número de ancianos hasta cinco hermanos. (Hechos 13:1) Hay anciano que, deben ejercer su función en el área de la contabilidad. Y junto con él debe ayudarle un diacono. Realmente, el anciano sale de su función que ejerce en la Iglesia. Es su trabajo que va diciendo que función administrativa desempeñará en la Asamblea. Las funciones administrativas en una Asamblea, NO SE REGALAN, sino que, se ganan por el trabajo realizado en la Obra del SEÑOR Jesucristo. Para un anciano ejercer la función o don de maestro, debe enseñar sólo la palabra de Dios como la Sana Doctrina apostólica. También debe trazar muy bien la palabra de Dios (2ra. Timoteo 2:15). Además, debe retener y enseñar la palabra de Dios tal y como están escritas (Tito 1: 9) No debe quitarle ni añadirle. Cada hermano y cada hermana funcionando en la Iglesia de acuerdo con el don que, el Espíritu Santo le ha dado.: (1Cor. 14:26) Para que una Iglesia local funcione de acuerdo al Orden Divino, lo primero que hay que hacer es: definir las funciones de cada hermano y de cada hermana y designarlos en sus respectivos puestos. Si en una Iglesia, no se designan los hermanos en sus funciones de acuerdo a su don, todos se creerán que pueden hacer y deshacer. La indisciplina se manifestará en todas las áreas y tarde o temprano habrá muchos problemas y hasta divisiones. Cada Iglesia es dirigida por: profetas, maestros, diáconos, diaconizas y colaboradores. Así que, lo primero que, tienen que hacer los obreros es: reconocer y designar los ancianos y los ancianos designar a los diáconos, las diaconizas y los colaboradores, para que cada uno funcione en el área que le ha tocado de acuerdo a su don. (Romanos 12: 3-8) Si una Iglesia local, no tiene definida y designadas sus autoridades, veremos a hermanos y a hermanas funcionando en el área que, no le corresponde. Cada hermano y cada hermana tiene que conocer el don que Dios les ha asignado. La dirección de una Iglesia local es como un equipo. Cada uno tiene su función y nadie puede interferir en la función de otro. Todos son entrenados para funcionar en su área. Una Iglesia local tiene que ser dirigida conforme a las enseñanzas y las practicas apostólicas y no conforme a las creencias y suposiciones del obrero que estableció esa Iglesia. El corazón de los ancianos que dirigen una Iglesia local. ¿Cómo debe ser los corazones de los ancianos que dirigen una Iglesia local? El corazón de los ancianos tiene que ser: puro, manso, humilde, honesto, perdonador, responsable y puntual. Porque ellos son el ejemplo de los hermanos. Entre la persona y su corazón tiene que haber una armonía. Es decir, entre lo que dice y enseña y lo que realmente él es. Su enseñanza tiene que corresponder conforme a sus hechos. En otras palabras: Debe enseñar a través del ejemplo más que con las palabras. (Tito 2:6-7) Un anciano es un modelo en todo. En el hablar, vestir y actuar. Un diacono y una diaconiza, deben ir a reunirse como Iglesia, con la mejor ropa que tengan. Deben ser los modelos para los demás hermanos. Todo hermano que aspira a llegar a ser una autoridad en una Iglesia local debe primero, hacer morir cada día sus malos hábitos y tratar con su mal carácter. Si un anciano-profeta, un anciano-maestro, un diácono, una diaconiza o un colaborador, no es capaz de justificar con hechos lo que dice y enseña, perderá su función en la Iglesia, pero, sigue siendo un hermano. Si el corazón de un hermano o una hermana está desviado de la palabra de Dios, aunque sea un poquito de lo que dice y enseña, ese hermano o esa hermana no podrá dar un buen ejemplo a los demás. Por lo tanto, no podrá dirigir ninguna función en la Iglesia. El corazón es el espejo de una persona. Tarde o temprano, hablará y actuará conforme a lo que tenga en su corazón. Puedes fingir durante un tiempo, pero no todo el tiempo. Un hermano que desea ser: un anciano-profeta, o un anciano-maestro, un diacono, una diaconiza o un colaborador, debe saber que tiene que, cada día hacer morir los malos hábitos. Pues, un mentiroso, un tramposo, un ladrón, un mala paga, un hipócrita, un engañador, un malicioso, un hipócrita, etc., no podrá ocupar ningún puesto en la dirección de una Iglesia local. Si el corazón de un anciano no ha sido entrenado. enseñado y disciplinado por la palabra de Dios, lleva consigo un problema conductual torcido y malvado. El éxito de la función de un anciano, de un apóstol, de un profeta, de un maestro, de un diacono, de una diaconiza y de un colaborador, depende de cuanto temor de Dios haya en su corazón. Pues, el temor de Dios es el que hace que aborrezcamos el mal, la soberbia, la arrogancia, el mal camino y el hablar perverso (Proverbio 8:13). Puede ser que un anciano, un profeta, o un maestro, sea hábil para hablar y enseñar, y hasta haya aprendido muchas enseñanzas y conocimientos proféticos, pero si ha descuidado su corazón, miente, engaña y hace fraude y si no se arrepiente y no lo confiesa, y no ha entrenado y enseñado a reconocer y obedecer a las demás autoridades delegadas de Dios en Su Iglesia, y a ser honesto, humilde, manso, puntual, responsable, etc. causará múltiples problemas en la Iglesia y se hará muchos daños. Cuando caiga, será muy difícil levantarse y recuperar su función. No importa cuán bonito hable un anciano que ejerce la función de: apóstol, profeta, maestro, o cuantas Escrituras se sepa, o cuanto conocimiento profético conozca, o cuantos entrenamientos ha hechos, si su corazón no ha sido entrenado y enseñado, disciplinado y limpiado por la palabra de Dios y la disciplina del Espíritu Santo, lleva consigo un problema conductual torcido y malvado. Dios le da mucha importancia al corazón, porque de él no solo emana la vida, sino también, que de él surge toda clase mal. (Marcos 7:20-23) Luego Jesús añadió: Lo que sale de la persona es lo que la contamina. 21 Porque de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios, 22 la avaricia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la calumnia, la arrogancia y la necedad. 23 Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la persona. Por lo tanto, un hermano que tenga un corazón sucio, es alérgico a las correcciones, a escuchar consejos y a obedecer instrucciones. Por eso, su comportamiento desordenado, su hablar mentiroso, su vivir de doble moral, lo sacarán del ancianato y de la Iglesia. ¿Cuál será su final? (1) comenzará a murmurar y criticar a los demás ancianos, con los hermanos que le creen y lo apoyan para formar su propio grupo. (2) Perderá el amor a las reuniones de la Asamblea. Por eso, asistirá poco a las reuniones. (3) Finalmente, se quedará en su casa, reuniéndose con unos hermanos, donde él sea el jefe, la ley, la batuta y la constitución. Es decir, donde él sea el todo. Dios les exige a los ancianos ser el ejemplo de los hermanos en todo. Un anciano que ejerce la función de: profeta, maestro, pero no da ejemplos familiar ni moral, tendrá muchos problemas con Dios y con la Iglesia. Pues, cuando todos los hermanos se vayan dando cuenta, que él enseña, pero no le gusta que lo enseñen, ni que lo corrijan ni lo exhorten, Irán rechazándolo, aunque continúe enseñando. Un anciano rechazado por los hermanos y las hermanas es, un címbalo que retiñe. Sus malas obras, sus mentiras y sus engaños, hacen tantos ruidos, que no dejan que los hermanos lo escuchen. Si un anciano no ha aprendido la obediencia la sujeción y reconocer la Autoridad de Dios que él ha delegado en los demás ancianos, ¿Podría él enseñarles a los hermanos la obediencia y sujeción a los otros ancianos? Imposible. ¿Ve usted por qué Dios les exige a los ancianos ser el ejemplo de los hermanos en todo? La obediencia y sujeción, a la Autoridad de Dios delegada en los obreros y en los ancianos, es una lección que tiene que aprender cada hermano y especialmente: los ancianos y los diáconos. El carácter de un anciano. ¿Como debe ser el carácter de los ancianos que dirigen una Iglesia local? Dijo el hermano Watchman Nee, “que como sea el carácter de una persona, así pensará, hablará y actuará”. El carácter está formado por hábitos. Una persona piensa, come y actúa por hábitos. Los hábitos exponen a la persona. Por lo tanto, el pensar, hablar y actuar de una persona depende de los hábitos conductuales que él tenga grabados en su cerebro. Si queremos conocer a un anciano, tenemos que analizar sus hábitos morales y espirituales. Pues, los hábitos dirigen y controlan a la persona. Los ancianos tienen que conocer su don, sus límites y cuál es su función en una Iglesia local. Todos los ancianos tienen que haber sido enseñado, entrenado y disciplinados en todas las áreas, que corresponde a la administración y dirección de una Iglesia. En otras palabras, tiene que conocer las exigencias y las responsabilidades que le exige su trabajo de anciano. La reunión de ancianos para coordinar los asuntos de la Iglesia es el lugar donde se prueban la paciencia, la humildad, la honestidad, la puntualidad, la responsabilidad y la paciencia de cada anciano. Cuando en una Iglesia surgen disgustos, criticas, murmuraciones y desobediencia contra los obreros y uno de los ancianos que dirigen la Iglesia, casi siempre estas cosas contarán con el apoyo de un anciano o un diacono. La rebelión contra una autoridad siempre es dirigida por un hermano o una hermana líder. La unidad de la Iglesia descansa sobre los hombros de los ancianos, los diáconos, las diaconizas y los colaboradores. Por lo tanto, cuando hay disensiones, criticas y murmuración contra un obrero o un anciano y sus enseñanzas, es porque un anciano o un diacono ha roto la unidad y se ha unido con los hermanos que aborrecen a ese obrero o a ese anciano. La unidad de la Iglesia siempre dependerá de la unidad de los obreros, los ancianos, las diaconizas y los diáconos. Cada anciano tiene que conformarse con el don que ha recibido de parte del Espíritu Santo, para edificar Su Iglesia. Pues el único que reparte los dones a cada hermano y a cada hermana es el Espíritu Santo. (1Cor. 12:4-11) Además, cada hermano y cada hermana, debe valorar y respetar el trabajo y las virtudes de los obreros y de los ancianos. Cada anciano tiene que hacer morir en él, los hábitos satánicos de la ambición, la envidia y el egoísmo. Pues, se ha dado el caso, de que, una Iglesia se ha dividido, porque un anciano o un diacono no se conforman con el don que Dios le asignó, y comienza a envidiar el don que Dios le ha dado a otro anciano o a otro diacono. Entonces, comienza a hacerle la vida imposible a ese anciano o a ese diacono, para que se vaya de la Iglesia, para él tomar su lugar. Entonces, cuando no puede sacar al anciano o al diacono que él o ella aborrece, le hace campaña de criticas y murmuración entre los hermanos, para que ellos lo aborrezcan también. Y cuando su malvado plan no se le da resultado, opta por quedarse en su casa reuniéndose con unos hermanos que él se ha ganado para su causa. Así, se crea una división más llamada, iglesia. Los ancianos que dirigen una Iglesia local tienen que tener un carácter estable. Para que, una Iglesia sea edificada y se mantenga unida, es necesario que los ancianos, los diáconos, las diaconizas y los colaboradores piensen, hablen y actúen en unanimidad. (1 Cor 1:10) Todos deben ser unánimes. Ser unánime, significa, pensar, hablar y hacer las cosas en coordinación y en comunión. Todos deben tener un carácter estable. Un carácter estable no se adquiere de un día para otro, ni por nacimiento, ni por estudio. Más bien, se obtiene a través del entrenamiento, la enseñanza y la disciplina. Si el carácter de los ancianos es inestable, así mismo será la Iglesia. Una Iglesia inestable, es lo único que Satanás y sus demonios necesitan, para detener el crecimiento y la unidad de la Iglesia. ¿Qué significa tener un carácter estable? Significa: que cuando los ancianos han tomado una decisión, todos tienen que respetar y obedecer esa decisión. Ningún anciano5 puede cambiar o modificar la decisión que tomaron en una reunión los ancianos. Si ellos la tomaron juntos, y hay que hacerle algún cambio o modificación, tienen que reunirse y hacerlo juntos. Una vez que los ancianos han tomado una decisión, y esa decisión llega a ser un fracaso, todos ellos aceptan unánimes su responsabilidad. Pero si entre los ancianos hay uno que tiene un corazón inestable y desea ser el jefe de los demás, cuando una decisión tomada por ellos fracasa, él les echa toda la culpa a los demás ancianos, para que los demás hermanos vean, que él no estaba de acuerdo con esa decisión. Este hecho, demuestra que no hay unidad entre los ancianos. Un anciano temeroso de Dios, apartado del mal y que practica la justicia, no debe decir una cosa ahora y otra más tarde. O sea, no debe tener dos caras. El honor de un anciano temeroso de Dios es decir la verdad siempre, aunque por decir la verdad le sobrevengan pruebas. En cada Iglesia local, uno de los ancianos estará en la delantera. Lo mismo ocurrirá con los diáconos y con las diaconizas. Donde haya dos o tres ancianos, uno estará por encima de los otro en autoridad. Esta autoridad no es nombrada, sino que los mismos ancianos tienen que reconocer la capacidad del otro. Mientras más traje un anciano, más responsabilidad y autoridad tendrá. Los demás ancianos deben reconocer y respetar a ese anciano. Un anciano que, tiene un carácter inestable. Cuando en una Iglesia hay un anciano que tiene un carácter inestable, los problemas no se acaban en esa Iglesia. Un anciano inestable, cae frecuentemente en problemas en su casa, en el trabajo y en reuniones de la Iglesia. Una persona inestable se deja llevar fácilmente de rumores y empeora todas las cosas en la Iglesia. Cualquier rumor o crítica que le trae un hermano lo hace cambiar de parecer. Incluyendo, de una decisión que tomaron los ancianos. Un anciano con un carácter inestable es capaz de tomar una decisión juntos con los demás ancianos y por el camino él decide cambiar esa decisión. Un anciano con un carácter inestable tiene poco temor de Dios y no teme contarle a su esposa o a algún hermano, lo que trataron en una reunión de coordinación entre los ancianos. Por eso, será una victima fácil de las astucias de Satanás y sus demonios. Un anciano con un carácter inestable es lo que Satanás y sus demonios necesitan, para detener la edificación de la Iglesia y eliminar la unidad que tiene que existir entre los ancianos. Cuando los ancianos están divididos, las Iglesia también está dividida. El trabajo que Satanás y sus siervos hacen entre los ancianos que dirigen una Iglesia local. El trabajo de los siervos de Satanás es: (1) Crear inestabilidad entre los ancianos. (2) Romper la unidad entre los ancianos, para que ellos no coordinen juntos los asuntos de la Iglesia. (3) Sembrar en el corazón de un anciano: ambición, envidia, odio, crítica y murmuración contra los demás ancianos. Recordemos, las dos ocasiones en que Satanás tomó como instrumento a Pedro y luego, a Judas Iscariote para impedirle a Jesús realizar Su Misión. Con Pedro fracasó, pero con Judas le dio buen resultado. Judas traicionó a Jesús, rompió la unidad y se dividió de los discípulos. Esto significa: que Satanás siempre tratará de corromper a un anciano, o a un diacono, para dividir la Iglesia y traer problemas entre los hermanos. Cuando Satanás pone envidia en el corazón de un anciano, para que ambicione el don y el puesto de otro anciano, comienza a criticar y a murmurar a ese anciano, con el fin de sacarlo de la Iglesia. Pero como ya ha ocurrido, el que ha terminado saliendo de la Iglesia es él. Pues, la Biblia dice, que lo mismo que uno siembra, es lo mismo que uno ciega. (Gálatas 6:7-8). Un anciano tiene que tener un carácter estable, cabal y diligente. Además, debe preocuparse constantemente por el estado de las ovejas (Proverbio 27:23). Es decir, que tiene que estar vigilando y pastoreando el estado físico y espiritual de los hermanos y las hermanas. El carácter representa a la persona. Por eso, una persona es: lo que piensa, habla y hace. Si los ancianos que dirigen una Iglesia son: temerosos de Dios, cabales, diligentes y estables, así mismo será la Iglesia: temerosa de Dios, cabal, diligente y estable. Un anciano tiene que ser transparente con los demás ancianos y con la Iglesia. Nunca debe guardar nada que, afecte la unidad de los ancianos y la unidad de la Iglesia. Un anciano tiene que ser discreto. Los asuntos que, se tratan en la reunión de coordinación entre los ancianos, nadie debe saber lo que se trató en esa reunión, si los demás ancianos no se lo autorizan. Un anciano o un diacono, no debe darle a conocer nada a su esposa o a otra persona de lo que, se trató en la reunión de coordinación. Muchas veces, se ha dado el caso, de que un anciano le ha comentado a la esposa, lo que se trató en la reunión de coordinación y la esposa le ha hecho cambiar de opinión. Los ancianos son servidores. Los ancianos son guías y servidores. Ellos primero hacen las cosas, y luego, los hermanos lo imitan. Los ancianos que son designados por Dios salen del servicio que realizan en la Iglesia. Por eso, el anciano es un servidor. ¿Cómo debe ser su servicio o su trabajo en la Iglesia? Los ancianos tienen que tener un servicio lleno de humildad, obediencia y sujeción a Dios y a los obreros, para poder ser útiles en la dirección y administración de la Iglesia. Cuando los ancianos de la Iglesia en Mileto y Efeso tuvieron una reunión con el Apóstol Pablo, él le dijo: “Ustedes saben como he me comportado entre ustedes todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia. Sirviendo al SEÑOR Jesús con toda humildad, y con muchas lagrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos” (Hechos 20: 17’19). La humildad, la mansedumbre, la obediencia, la sujeción y la honestidad son las características que tiene que exhibir un anciano. La función de un anciano es su servicio y su servicio o trabajo, depende de su carácter. En el servicio que un anciano demuestra que en verdad es un anciano. No es que un hermano se ponga a predicar la palabra de Dios y se gane algunas personas y se autoproclame como anciano, y por eso es un anciano según la Voluntad de Dios. Tampoco, no es un anciano según Dios, cuando los hermanos y las hermanas eligen a un hermano como anciano. Los ancianos que son según la Voluntad de Dios salen del servicio que han realizado en la Iglesia, después de pasar por muchos sufrimientos, muchas pruebas, muchas tentaciones, muchas críticas, muchas murmuraciones, y haber aprendido: las lecciones de obediencia y la sujeción. Un anciano es o no es. No se puede fingir ser un anciano. Si Dios no ha designado a un diácono como anciano, él jamás será un ministro de Dios, aunque los hermanos lo llamen ministro de Dios. Pues, realmente, quien es un ministro de Dios, no es la persona sino el don de Dios obrando a través de él. Watchiman. Nee dijo: “donde el don de Dios no está administrando, quien lo hace son las habilidades humanas o la guiaza y dirección de Satanás a través de los demonios”. Un anciano debe aprender a perdonar y a perder para ganar. Pues, las mayorías de veces que perdemos es que ganamos. Si un anciano no ha aprendido a perdonar y a no reclamar sus derechos, le causará muchos daños a la Iglesia y finalmente, su mal genio y sus malos hábitos terminarán con su función en la Iglesia. Un anciano no debe ser amigo de pleitos ni de discusiones. Especialmente, con su esposa. Un anciano demuestra que es humilde, manso, honesto, y que ha aprendido las lecciones de obediencia y sujeción, cuando es capaz de recibir consejos, exhortaciones, y soporta criticas murmuraciones, y admite sus errores, se arrepiente, los confiesas y pide perdón. Un anciano debe saber, que tarde o temprano algún hermano cuestionará lo que enseña, y que les hará críticas a sus enseñanzas y que lo murmurará y tergiversará lo que dice. Un anciano tiene que saber que: todo el que enseña, cometerá errores y ofenderá ha alguien de lo que le escuchan. Por eso, un anciano debe aprender a perdonar. Sólo una persona temerosa de Dios, apartada del mal, de la soberbia, la altivez y la vana gloria, y que ha aprendido las lecciones de obediencia, sujeción y perdonar, podrá ser un ministro de Dios, útil para edificar Su Iglesia en una ciudad. Un anciano, para ser útil en la Iglesia, tiene que reconocer sus limitaciones. Debe reconocer que sabe hacer y que no sabe hacer. Tiene que aprender que habrá temas bíblicos que si él no los dominas no podrá enseñarlos. Debe saber, su capacidad para enseñar. Si su capacidad es de 15, 20 o 30 minutos, no debe continuar enseñando. Cada enseñador, debe observar, si a los oyentes le gusta su enseñanza. Por eso, debe saber cuando tiene que terminar. Un anciano que enseña debe reconocer y honrar a los demás ancianos y especialmente a los que ministran el Ministerio de la Palabra. Debe saber, que, todos los temas que vaya a enseñar deben tomar un largo tiempo estudiándolos y examinándolos. También, un anciano enseñador, debe compartir con otros ancianos los temas que va a enseñar. Además, debe aceptar que le corrijan sus estudios y sus enseñanzas. Un anciano tiene que examinar diariamente, la procedencia de sus conocimientos espirituales y la fuente de donde han procedido, para saber si en verdad está enseñando la palabra de Dios o conocimiento de humana sabiduría o doctrinas de demonios. Un anciano se goza cuando otro anciano prospera en la Obra del SEÑOR Jesús y alaba y exalta su ministerio. Un anciano temeroso de Dios y enseñado y entrenado conforme a la palabra de Dios, ha vencido el orgullo, la altivez, la vanagloria y las ambiciones satánicas. Por eso, nunca se cree con más autoridad que, los otros ancianos, aunque trabaje más que ellos. Tampoco se considera más sabio que, los demás ancianos, aunque sea más utilizado por el SEÑOR Jesús en Su Obra. Un anciano temeroso de Dios y que ha tomado el camino del arrepentimiento para adorar y servirle a Dios, siempre reconocerá y honrará el don y el trabajo de los otros ancianos y de los diáconos. Un anciano es puro, justo, temeroso de Dios, fiel, honesto, responsable y estable. Se goza cuando otro anciano prospera en la Obra del SEÑOR Jesús y alaba y exalta su ministerio. Los ancianos y sus conciencias. la conciencia de un anciano tiene que mantenerse limpia de: odio, rencores, malos hábitos, de ambiciones satánica, de ansiedad por lo que no puede obtener, de robo, de malicia, de hipocresía, de la actitud de coger prestado y no pagar, de dar promesas y no cumplirlas, de hablar mentiras para obtener algo, de dar excusas para no cumplir sus responsabilidades y de echarles la culpa a otros por sus fracasos y de no admitir sus errores y su falta de humildad, obediencia y sujeción. Un anciano que desea ser útil en la Iglesia y permanecer en la Iglesia como miembro y como anciano, tiene que examinar diariamente su conciencia delante de Dios, para administrar la palabra de Dios con una conciencia limpia y sin ofensa delante de Dios y los hombres. El Apóstol Pablo nos dice: “Teniendo esperanza en Dios...de que ha de haber resurrección de los muertos así de justos como de injustos. Y por eso procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y los hombres (Hechos 24:14-15). La manera de un anciano mantener limpia su conciencia es: admitiendo y confesando sus errores, sus pecados y pidiéndole perdón a los hermanos que ha ofendido y devolviendo cualquier cosa que no es de él. Los ancianos son el ejemplo de la Iglesia en todo. Por lo tanto, los primeros que tienen que dar el ejemplo de confesar sus errores materiales y espirituales y pedir perdón son ellos. Pues, haciendo esto, enseñan a los hermanos a hacer lo mismo. Un ministro de Dios es el hermano que administra la palabra de Dios sin ofensas, sin odio, sin rencor, sin envidia, sin ambición satánica, sin crítica ni murmuración. Además, un anciano tiene que ser un siervo de Dios que no tiene de que avergonzarse. Un anciano tiene que ser transparente en todo lo que hace. Además, un anciano tiene que ser una persona honesta, responsable, cumplidora, buena paga, tener buen testimonio en su casa y delante de los extraños, para que no caiga en descrédito y en lazo del Diablo. (1 Timoteo 3:1-7)
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